Un pajaro y no una cucaracha.

Hay un pájaro. Hay un pájaro en mi jardín que tiene la costumbre de darse la cabeza contra las ventanas constantemente.
Es extraño, porque no da la sensación de que este no supiera que hay un vidrio,
sino que pareciera que lo hace conscientemente, como si quisiese que le abriésemos la ventana poder entrar.

Un día me puse a pensar que era una reencarnación. Como si algún muerto que nos conocía hubiese vuelto a nacer, pero en el cuerpo de un ave.
Y lentamente me convencí de que así era.

Al principio venía con una frecuencia preocupante
a la ventana del cuarto de mis papás, y se golpeaba la cabeza contra el vidrio
cada 5 o 10 segundos, por mas o menos media hora, o cuarenta minutos. Después aparecía cada vez menos, y ya no se golpeaba como al principio. También empezó a hacerlo en otras ventanas, ya que mi abuela se quejaba de que no podía dormir la siesta debido a su graciosa y peculiar actividad.

Sabíamos que se trataba siempre del mismo pájaro porque tenía unas rayas características en la cabeza muy distintas a las del resto de su especie. Más estrechas, más oscuras.

Pero siempre mantuvo esa aparente necesidad imperiosa de entrar a mi casa. Porque no es un pájaro. Puede ser mi abuela. Puede ser esa chica de mi colegio que se suicido. Puede ser la mujer de mi vecino,que desapareció un día y jamás la encontraron. Puede ser cualquiera, menos un pájaro.

Varias veces quise abrir la ventana. Varias veces estuve muy tentada de dejarlo entrar. Yo estaba convencida de que se trataba dealguien que solía conocer, y que trataba de decirme algo. Y cuando le dije esto a mi papá me contestó
"- Menos mal que reencarnó en un pájaro y no en una cucaracha. Eso hubiese sido triste."



Y mientras yo miro programas sobre enigmas médicos o comedias mediocres norteamericanas, mientras me aburro con televisión de realidad, el pájaro me mira con ojos desesperados.
Desesperados, tristes, pero vivos. Es el pájaro mas jodidamente expresivo que vi en mi puta vida. Es una persona, estoy segura, y vino a decirme que en el altillo de mi casa hay un millón de dólares escondidos en una caja de zapatos.

Es alguien que pasa a visitarme para saber como estuve todo este tiempo.
Es una persona que murió y vino a decirme "Te extraño, y te quise muchísimo".
Es un fantasma que se muere por decirme "Ey, no te preocupes, todo va a estar bien".
Es un muerto que quien sabe por qué se preocupa por mi. Y se desespera por entrar, se desespera por que alguien abra la ventana y lograr hacerme entender que, pase lo que pase, nunca voy a estar sola.


O tal vez no. Tal vez es solamente un pájaro. Uno verdaderamente estúpido.